miércoles, 29 de octubre de 2014

FACUA denuncia el estúpido y machista spot de Qé!, de Panrico



FACUA-Consumidores en Acción ha denunciado ante las autoridades competentes el estúpido y machista spot de los dulces Qé!, de Panrico, en el que reduce a una adolescente a un mero objeto sexual que se deja tocar a cambio de un pastel.

Dame tu caña y dejo que me masajees el culo. Éste es el denigrante mensaje que traslada el anuncio, que forma parte de una campaña realizada por la agencia publicitaria Remo con el eslogan "Cómete el mundo con Qé!".

En el spot denunciado, que emiten varias cadenas de televisión, un adolescente que juega al baloncesto encuentra a una patinadora tirada en el suelo de la cancha que, sonriente, lo mira y señala una de sus pantorrillas para decirle "¡ay!, me duele aquí". El chico le muestra un dulce y le pregunta "¿qué?", a lo que la chica le contesta: "no, me duele aquí", mientras se señala un muslo. El joven le vuelve a enseñar el pastel para preguntarle "¿qué?", hasta que la chica se señala el trasero: "aquí".

Las denuncias han sido remitidas por FACUA ante las autoridades de Consumo de varias comunidades autónomas, entre ellas la de Cataluña, ya que la empresa tiene su sede en la localidad barcelonesa de Esplugues de Llobregat, así como al Instituto de la Mujer y la Defensora del Pueblo. La asociación espera la imposición de sanciones contra Panrico ante la vulneración de la legislación publicitaria y contra la violencia de género.




FACUA argumenta que el contenido del anuncio vulnera la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad, que en su artículo 3 señala como ilícita la "publicidad que atente contra la dignidad de la persona". La norma añade que "Se entenderán incluidos en la previsión anterior los anuncios que presenten a las mujeres de forma vejatoria o discriminatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar, bien su imagen asociada a comportamientos estereotipados".

Asimismo, contraviene el artículo 10 de la Ley 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género que en lo relativa al ámbito de la publicidad y de los medios de comunicación señala que "De acuerdo con lo establecido en la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad, se considerará ilícita la publicidad que utilice la imagen de la mujer con carácter vejatorio o discriminatorio".

Recientemente, FACUA denunció a Carrefour por publicitar de manera erótica un modelo de bikini con relleno destinado a niñas de entre 9 y 14 años. También se sumó a las peticiones de retirada de unos bodies de Hipercor cuyo modelo para niños incluía el texto "inteligente como papá", mientras que en el de niñas era"bonita como mamá".

Fuente: FACUA

lunes, 20 de octubre de 2014

Inconscientes y tiradas como basura, pero con prendas de lujo.

Publicado  por Leticia García en Play Groud Noticias

El título, Pretty Wasted (bastante acabadas), no deja lugar a dudas del contenido de los retratos: las modelos Anja Rubik, Andreea Diaconu, Lily Donaldson, Daria Strokous y Edita Vilkeviciute aparecen retratadas borrachas, seminconscientes y tiradas entre la basura. Eso sí, llevan prendas de lujo.


Las fotos que componen Pretty Wasted las firma Fabien Baron, ex editor de Interview y reputado director artístico de marcas de moda. Pero eso quizá sea lo de menos. La práctica de situar a las mujeres como víctimas lleva tanto tiempo usándose y en campañas editoriales de moda que nadie la ve como algo perjudicial. Es algo tan común que casi nadie dentro de la industria se plantea realmente su calado real.



"Hay una razón por la que estas imágenes proliferan. Si el estereotipo sexualizado de la mujer en nuestra cultura siempre las representa de forma pasiva y vulnerable, la industria publicitaria se ha dado cuenta de que, llevando esta lógica al extremo, no hay nada más atrayente que una mujer muerta", afirmaba la periodista Kira Cochrane el pasado invierno un reportaje en The Guardian. Lo hacía a propósito de una campaña de la firma Marc Jacobs, que retrataba a Miley Cyrus al lado del cadáver de una mujer, pero enumeraba algunos de los muchísimos retratos en los que las modelos fingían estar inconscientes.



Resulta paradójico (al menos aparentemente) comprobar que la principal clientela de la moda e s también la principal víctima. Si la finalidad de estos editoriales es contextualizar ciertas prendas en un entorno artístico para que un sector de mujeres se encaprichen de ellas, no se entiende por qué otras mujeres suelen ser cosificadas, victimizadas o agredidas en dichas fotografías.

Por ejemplo, ¿por qué una serie fotográfica titulada Beauty Victim y encaminada a mostrar las bondades de algunos productos cosméticos, muestra primeros planos de mujeres con el rostro lleno de hematomas? ¿O por qué la firma de zapatos de lujo Jimmy Choo necesita retratar a una mujer muerta en el maletero de un coche para representar sus nuevos modelos de calzado? Y eso son sólo algunos de los miles de ejemplos que existen y cuya lista se engrosa prácticamente cada mes.



¿De verdad sigue siendo la transgresión a cualquier precio un recurso efectivo? Habría que plantearse seriamente por qué marcas y publicaciones enfocadas hacia el público femenino consideran que maltrato simulado de sus protagonistas es más una forma de expresión artística que una banalización de problemáticas bastante serias.


Fotógrafo de moda inspira su publicidad en las violaciones de la Índia

El caso de Nirbhaya, violada en grupo salvajemente y asesinada en un autobús, sirve al fotógrafo Raj Shetje para realizar una incomprensible serie fotográfica.






Hace dos años, Nirbhaya, una joven de 23 años, fue brutalmente violada y asesinada por varios hombres en un autobús de Delhi. Aquel suceso hizo que el mundo entero tomara conciencia de la terrible realidad que se vive en India: en Delhi, se estima que u na mujer es violada cada 18 horas (en muchas ocasiones a manos de sus propios maridos) y durante el año pasado, la media de las mujeres violadas cada día en todo el país ascendió a 92.

Pero para algunos, el hecho de que las violaciones sean, hoy por hoy, el tema más importante de la India, no es sólo una lacra, sino una oportunidad para dar a conocer eso que ellos llaman “arte”: bajo el título The Wrong Turn el fotógrafo indio Raj Shetje publicó la semana pasada un editorial de moda en el que se puede ver a una modelo forcejeando con varios hombres dentro de un autobús.

Claramente, se trata de una alusión al caso de Nirbhaya, aunque Shetje niega cualquier parecido con la realidad. “No está basado en ella”, declaraba a Buzzfeed. Y utiliza como excusa su papel como artista para justificarse: “Al ser fotógrafo, el único medio que tengo para comunicarme son las fotos. Es tan simple como eso. Es arte. Hacer películas, escribir artículos, poemas… todas son formas de aproximarse al tema. Soy un fotógrafo de moda, esto es lo que sé hacer” , añade.

Admite que esta es su peculiar forma de arrojar luz sobre el asunto de las violaciones, pero niega que su intención fuera emular el caso de Nirbhaya (aunque las imágenes lo dejen en evidencia) y, sobre todo, niega que este editorial busque frivolizar con esta cuestión.

Probablmente, enmarcar un hecho tan trágico dentro de un contexto como el de la moda y adornar la situación con modelos y vestidos de lujo no sea la forma más adecuada de denunciarlo. Otra cosa es, claro, utilizar el tema para crear polémica y así lograr que tu nombre suene. Aunque sea a cualquier precio.

Lo cierto es que la fotografía de moda siempre ha estado en el punto de mira por frivolizar con sucesos graves (de los países pobres al racismo) y, sobre todo, por propagar una imagen femenina en campañas y editoriales que no sólo las cosifica, también llega a sugerir agresiones. Los casos son muchos: de las modelos amoratadas de Guy Bourdin a la censura de aquel anuncio de Dolce & Gabbana que sugería una agresión sexual en grupo o aquel editorial de Steven Meisel, “Dogging”, en el que algunos vieron una orgía de varios hombres y una sola mujer y otros un intento de violación.

Sin embargo, esta es la primera vez que el contexto no deja lugar a dudas. Shetje puede hablar de arte, pero el autobús, el número y tipo de personas implicadas en la producción y los gestos que sugieren cada uno de ellos le dejan sin excusas: la violación es un tema flagrante en la India y este fotógrafo no ha sabido o querido distinguir entre las tendencias fatales y las modas frívolas.
Noticia encontrada en Play Ground Noticias